Imagina esta situación: un niño pequeño quiere llamar tu atención tirándote del jersey. Aún no sabe hablar, o sólo balbucea. Al principio, lo ignoras. No sea que se acostumbre.
Poco a poco, se hace más insistente y comienzas a mirarlo con una mezcla de extrañeza y fastidio. ¡Qué pesado, sólo quiere que le haga caso!
Hasta que, harta, decides girarte y preguntarle qué quiere, qué le pasa. El pequeño simplemente te mira. Lo coges de los hombros y lo sacudes, ¡pero qué es lo que quieres! ¡qué me quieres decir! Por más que le preguntas, no hay respuesta.
Para mí, ese niño es la vida ( quizá para tí sea tu llamado, el destino, el universo, la energía, Dios… ). Tiene una manera muy suya de hablarte. Estoy convencida, además, de que es un lenguaje común, porque los procesos que despierta son similares en todos nosotros, pero también diferente y subjetivo a nivel simbólico. Digamos, tailor-made just for you.
En muchas ocasiones, sus mensajes están tan codificados ( porque no estamos familiarizados con ese lenguaje ) que hace falta tiempo para procesarlos y extraer su sabiduría. No sabemos qué nos quiere decir ese tirón del jersey, ese agarrón del brazo, ese estremecimiento en las tripas, esa presión en el pecho.
Pero cuando decidimos atenderlo, comienzan las preguntas incómodas. ¿Qué significa esto? ¿De dónde sale esta inquietud que me molesta? ¿Qué me está pasando? ¿Me estaré volviendo loca? ¿Serán imaginaciones mías?
Esa frustración de no saber, de no tener respuesta a esas preguntas … you can’t shake it off . Pero ante su insistencia, no te queda más remedio que ponerte a su altura, mirarlo a los ojos y empezar a prestarle la atención que está reclamando.
Ese día en que te envuelves en la capa de la valentía y decides dejar de ignorar ese cuestionamiento interno, comienzas a explorar los límites de tu mundo conocido: es el principio de un viaje hacia terrenos ignotos.
PLANTARLE CARA A LOS MIEDOS
“Cuando siento un miedo que me parece irracional, me pregunto si brota de alguna de esas experiencias que aún andan en sus guaridas llenas de candados, y si no será mejor que su raíz permanezca allí oculta, no sea que al abrirse suceda como con Pandora y se desaten todos los males.” - El miedo. María Hesse
La razón principal por la que decides no hacerle caso a ese niño es que al mirarlo y reconocer su existencia, te enfrentas a algo difícil, que no estás preparada o dispuesto a cambiar. Es más fácil seguir como estoy.
Y la verdad, es completamente normal y nos pasa a todos porque al mirar a ese precipicio de incertidumbre nos ataca el miedo. Miedo al monstruo del armario, con garras, de 3 metros de alto, dientes afilados y aliento apestoso. ¿Quién va a querer plantarle cara a eso? ¡Es que si lo miro, me come!
Como dice María Hesse, nos aterra que al hacerlo, “se desaten todos los males” del universo.
En mi caso particular, esa voz me grita a empujones que no estoy en mi lugar. Sus palabras son “busca lo natural”. Aunque aún no entiendo muy bien qué quiere decir esto último.
Lo que sí te aseguro es que aceptar que el sistema educativo ya no es mi sitio después de 15 años y renunciar a ello, ha sido como enfrentarme al monstruo de la incertidumbre total. Al vacío.
¿Y qué viene después?
Este ha sido mi primer gran aprendizaje en este proceso de reinvención: los miedos van a estar presentes siempre. No puedes esperar a tomar decisiones pensando que un día, como por arte de magia, van a desaparecer.
Cuando por fin decides mirar al monstruo a la cara, ya sea dejar atrás un sueño caduco, una forma de vida, una relación de pareja o de amistad, un trabajo, una ciudad… el miedo no se va pero se hace un poco más pequeño. Vas tolerando su presencia aunque te haga dudar todos los días con esas preguntas que enfatizan la sensación de estar a la deriva:
¿A dónde voy yo ahora, con 40 años, si sólo tengo experiencia en la educación, si no sé hacer otra cosa?
¿Estoy loca por dejar atrás la seguridad de un sueldo fijo para lanzarme hacia lo desconocido?
¿Y si monto algo por mi cuenta, seré capaz de sostenerme económicamente?
¿A quién le va a importar lo que yo tenga que decir? ¿Tengo acaso algo de valor que aportar?
¿Por qué me tiene que pasar esto a mí, con lo tranquila que yo estaba?
¿Cómo voy a sacrificar todo el trabajo de estos 15 años, ahora que estoy tan cerca de la plaza por la que he trabajado todos estos años?
Como dice mi querida
, mi mente sigue romantizando ese lugar que ya no es para mí. Porque forma parte de mi zona de confort, de mi perímetro de seguridad. Es más fácil volver ahí, a lo conocido, que ponerse la capa de valentía y dejar atrás lo que ya no es.Pero la verdad es que no hay vuelta a atrás. Sólo puedo mirar a la vida a los ojos y decirle; a pesar de estos monstruos que me acompañan, te veo. A pesar de estar muerta de miedo, no voy a rendirme.
DESCUBRIENDO TALENTOS OCULTOS
Cuando miré a la vida a los ojos y sentí que quería cambiar el rumbo a nivel profesional, me calcé las botas de montaña y comencé a explorar. ¿A que podía dedicarme yo después de tantos años haciendo lo mismo? ¿Cuáles eran mis talentos?
El término “talento” en sí era, y hasta cierto punto sigue siendo algo tan efímero, que me sentía perdida en medio de ese terreno inexplorado. ¿Por dónde empezar? En mi caso, mi cruz en el mapa, mi punto de partida fui yo misma. Ahí, se abrió un mundo de posibilidades.
➡ ¿Qué quiere decir “descubriendo talentos ocultos”?
Más que definirlo, te pondré 5 ejemplos. Por orden cronológico.
Tengo vértigo. Pánico, miedo real a las alturas. ¿Que la vida me pide probar cosas nuevas? A mí no se me ocurre otra cosa que empezar la casa por el tejado; hacer un curso de escalada ( no sé qué emoji escoger, si🤣 o 😭) . Eran tres mañanas de escalada. En la última, una pared vertical. Dos sesiones fueron suficientes, thank you very much. Bye!
Contraté una asesoría de imagen personal. Nunca me he interesado por la moda. Me dan igual las tendencias. Pero cuando decidí poner un poco de orden en mi imagen contacté con Blanca Facciuto. Su trabajo no es sólo enseñarte qué colores, cortes, estilos te sientan bien. Es aprender a mirarte de otra forma. Un trabajo desde el exterior, que produce cambios internos.
Comencé a trabajar el cuerpo en talleres de sexualidad consciente con Alba. Ella fue quien me recomendó comenzar a escribir mis memorias. Ella, sin querer queriendo, me abrió las puertas a mi mayor talento: poner experiencias, emociones y vivencias en palabras.
Me apunté a una formación en una escuela de asistentes virtuales. Ya desde antes del confinamiento me interesaba muchísimo el uso de la tecnología en el aula e hice formaciones en distintas herramientas digitales para docentes. Y es algo que me fascina y que se me da muy bien. Así que decidí explorar este talento y me apunté a la escuela de Laura y Mireia en 2021. Con ellas conocí el copywriting.
A la misma vez que cursaba la formación, mi proceso personal de ansiedad y depresión se intensificó y fue cuando comencé terapia. No es que la formación lo provocase, ¡más bien todo lo contrario! Encontré mucho apoyo y me ayudó a empezar a comunicar mis necesidades desde otro lugar.
Contraté un servicio de mentoría con
. Ella, su mentoría y su membresía para emprendedoras altamente sensibles me abrieron la puerta, la ventana y el alma a mi alta sensibilidad, la pieza que faltaba para desarrollar la esencia de mi mayor talento oculto: la escritura.Como dice Facundo Arena:
Cierto día te das cuenta de que lo que salva tu vida no es tu inteligencia sino tu sensibilidad
Podría seguir, porque luego vinieron más cosas, como las clases de canto ( de ello te hablaré en el podcast de abril ), pero son ejemplos de lo que ha significado explorar para mí.
¿Qué me llevó a tomar cada una de esas decisiones? Pues ese niño y su tirón del jersey. Cada decisión, fueron empujones que gritaban cada vez con más fuerza.
➡ ¿Qué me ha traído todo este proceso?
Sin buscarlo, el descubrimiento de que tengo un talento especial para conectar a través de las palabras, de describir estados emocionales de manera muy personal. Hablar de esos procesos internos no exteriorizados pero por los que todos pasamos. Pensamientos que otros no pueden expresar.
Aún ando trabajando en todas esas voces dentro de mí, siento que hay un gran campo para la exploración: escribir ha desbloqueado zonas nuevas en mi mapa. Por ejemplo, he comenzado a ofrecer servicios de copywriting.
El mundo del márketing va en una dirección completamente opuesta a la sensibilidad. El lenguaje es frío, distante y los mensajes rápidos y extremadamente superficiales. Me molestan estos mensajes sin sentido, repetitivos. Sé que puede sonar muy ingenuo pero siento que tengo algo que aportar.
Es un paso para ir trazando las fronteras de un nuevo territorio. Y, ¿quién sabe? Tal vez alguien confíe en mi, o tal vez nadie lo haga, pero será otro ejemplo más de lo que significa explorar para mí. Ningún paso hacia una nueva dirección es una pérdida de tiempo o un fracaso. Tan sólo nueva ruta del mapa a recorrer. Y si luego descubro que no el camino no era por ahí, ya conozco el camino de vuelta.
Nos vemos en dos semanas.
Desde el corazón,
Laura
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🚪 Antes de marcharte, te invito a que te tomes un té aquí y me conozcas un poco mejor.
Hola linda, soy Vero.
¡Madre mía! Que bien explicado todo lo que siento en estos momentos, esta vorágine que me habita.
Eres muy valiente. Me han encantado esas exploraciones tuyas.
Yo sigo muerta de miedo pero decidida... sólo quedan 15 semanas para que acabe el cole 😸🐱😽
Un abrazo grande 😘😘😘
"Para mí, ese niño es la vida"
He sentido un electroshock al leerlo. Qué potente, ¡gracias Laura! 🫶