Si me sigues desde hace un tiempo, sabes que publico cada dos semanas; quizá la publicación de hoy, así out of the blue, te haya pillado por sorpresa.
La verdad es que desde hace unos meses algo dentro de mí me susurra “cuéntalo: todo lo que es compartido tiene el potencial de iluminar caminos”. Esa vocecita a modo de susurro insistente ha estado, en mayor o menor medida presente en todos mis momentos importantes aunque nunca la haya tenido muy en cuenta.
Para remediar eso y dejarle un espacio donde se exprese con libertad, me he propuesto hacerle caso por una vez en mi vida y tomarla como guía; es por ella que estoy delante del ordenador escribiéndote este #1 de lo que he llamado Diario de una reinvención.
Antes de lanzarte a leer esta primera entrada, déjame decirte dos cosas a modo de contexto:
1️⃣ Que estoy en un proceso de reinvención profesional ( de ahí el título de esta nueva sección ). He ejercido como profesora de inglés durante 15 años en el sistema público educativo andaluz pero siento que el sistema ya no es mi lugar; tras un burnout y un cuestionamiento profundo, caí en un proceso depresivo. Estoy reorientando mi vida y es este proceso lo que quiero documentar en este diario.
2️⃣ Que este texto es más extenso que la media de publicaciones y con una voz mucho más personal y cercana. Sólo te lo advierto para saber qué esperar.😉
🍵 Te invito a que te tomes un té aquí y me conozcas un poco mejor y te animo a que me dejes un comentario si te apetece o si algo te resuena.
Let’s take a trip down Memory lane
En inglés esta expresión se utiliza para invitar a alguien a compartir recuerdos, por lo general, recuerdos felices. Y a eso quiero invitarte yo, porque esta historia comienza unos años atrás.
Durante la adolescencia estudiaba inglés en la escuela oficial de mi ciudad: siempre me han gustado los idiomas, es algo que se me da bien. Como buena PAS multipotencial, me gustaban tantas cosas que, la verdad, nunca tuve realmente claro qué quería “ser de mayor”.
Recuerdo con nitidez como un día en clase de 3º esa voz que hoy me ha empujado a escribirte dijo: “si algún día soy profesora, quiero hacer lo que hace ELLA”. Me refería a mi profesora de inglés de ese curso; me parecía una mujer encantadora, muy calmada y serena, totalmente alejada de lo que veía a diario en el colegio. Una gran profesional, con mucho cariño por lo que hacía y gran conocimiento.
Ese mensaje se quedó en mí, pero lo veía como algo muy lejano. En esa época sólo unos pocos conseguían plaza en enseñanzas de régimen especial porque había muy pocas disponibles, y apenas se convocaban oposiciones. Era un sueño y por lo tanto, pensaba que no estaba a mi alcance.
Llegó la hora de escoger una carrera y yo seguía siendo incapaz de decidir qué quería hacer. Fue el destino quien eligió por mí: tenía dos sobres con opciones diferentes. Hasta que no entregué uno de ellos, no supe que estudiaría traducción e interpretación. Gracias a eso pude trabajar como auxiliar de conversación en Inglaterra y después tirarme a la piscina de las oposiciones…o más bien al charco… o al lodazal…🤭.
Pero claro, seguía pensando que ese objetivo era inalcanzable, así que me preparé las oposiciones de secundaria. Nunca me llamaron de la bolsa pública, pero durante mi agridulce experiencia como tutora en el colegio concertado donde yo había estudiado me di cuenta de que seguía queriendo “hacer lo que hacía ELLA”.
Dejé ese centro, me preparé y conseguí la tan ansiada plaza en EOI, no sin dificultades, porque tuve que litigar con la administración ( esto es una historia para otra publicación ) pero en definitiva, lo que una vez fue un sueño se convirtió en realidad. Pude conseguir aquello que una vez consideré muy lejos de mi alcance y posibilidad.
Con sinceridad puedo decir que dar clases a alumnado dispuesto y abierto a aprender… es una sensación indescriptible para los que amamos la docencia. Así que durante unos 10 - 11 años he llevado una vida profesional que, con sus altibajos, puedo calificar de muy satisfactoria y que me ha llevado a crecer muchísimo como persona, y a superar miedos y obstáculos; me ha hecho ser quien soy hoy. No puedo estar más agradecida por haber conseguido alcanzar, vivir y disfrutar un sueño.
And now…back to the future!

Bueno, no del todo. Retrocedamos unos años, hasta el 2021. Ese año comencé a atravesar un periodo bastante oscuro a nivel personal; fue cuando caí en esa depresión que mencionaba y que me llevó a cuestionar distintas áreas en mi vida, pero sobre todo, a nivel profesional.
Sentía que mi energía, esfuerzo y sacrificio iban aumentando de manera inversamente proporcional a mi ilusión: lo que antes me aportaba una gran satisfacción personal ya sólo me drenaba. No me fue nada fácil verlo, y me está llevando años aceptarlo.
No tengo ni idea de cuál fue el momento en el que se produjo el cambio pero el confinamiento y la posterior vuelta a la “normalidad” tuvieron mucho que ver. Por cierto, de esto ya hemos dejado de hablar, pero por mucho que queramos ignorarlo, es una presencia fantasmagórica en el inconsciente colectivo.
Así que a raíz de esa crisis personal, comencé terapia. Mis escritos y diarios son fruto de esas sesiones; descubrí que era altamente sensible, altas capacidades, y que había sufrido un burnout que, unido a otras circunstancias personales complejas me había llevado a la depresión. Durante mi trabajo con el psicólogo, me di cuenta de que no me conocía y que no había logrado sacar de mí todo lo que yo era. También que mi forma de vivir no me hacía bien.
Ok now … what?

Aún me sigue sorprendiendo la fertilidad que esconden esos momentos de oscuridad. Confieso que aprendí muchísimo de psicología, meditación, de herramientas de gestión emocional, trabajé con coaches de productividad, emprendimiento, propósito. Pero sobre todo aprendí de mí. Esa es la esencia y la importancia del autoconocimiento.
Por ejemplo, me he dado cuenta de cómo me apego a los éxitos y cómo me cuesta dejarlos marchar: dejar ir lo que me ha aportado tanto para abrir espacio a nuevas ilusiones se siente como caer en un vacío, sobre todo cuando no hay nada nuevo a lo que aferrarse. Justo en ese momento estoy; abandonando el sueño de ser profe para ir hacia lo desconocido. Y es aterrador.
Aceptar la muerte de un sueño, de una ilusión, que tanto esfuerzo y sacrificio me costó conseguir no está siendo sencillo. Jamás pensé que sería tan duro soltar la satisfacción de un sueño cumplido.
De hecho, llegar a esta conclusión ha supuesto una lucha interna por momentos desgastante: ¿cómo dejar atrás lo que tanto me había costado, justo a las puertas de conseguir este destino cerca de mi casa, un trabajo con vacaciones aseguradas, sueldo fijo y estabilidad?
Por eso, he decidido, como decía al principio, seguir la guía de esa voz insistente dentro de mí que me dice “cuéntalo: todo lo que es compartido tiene el potencial de iluminar caminos”. Y eso es lo que quiero hacer con este Diario de una reinvención: por una parte, compartir mi historia.
Por otra, utilizar mis aprendizajes para ayudar a quienes estén atravesando caminos similares o parecidos al mío, a través de recursos, experiencias o reflexiones que me han servido en esos momentos en los que me he encontrado muy sola o sin nada ni nadie a quien acudir. Compartir aquello que compartieron conmigo o que me hubiese gustado que me contaran.
De paso, abriéndome así a otros tal vez encuentre un propósito en aquello que a mi me causó dolor; hay flores que crecen en la oscuridad.
And to prove my point…
… me gustaría compartir contigo esta charla sobre Bienestar docente que grabé con Ana Esther Teacher, una compañera de secundaria que está haciendo un trabajo fabuloso formando y divulgando para docentes.
¿Y qué tiene que ver el bienestar con todo lo que te he contado? Durante mi propio proceso personal, sentía que tenía que buscar otra forma de organizarme, de vivir mi vida, de estar en el mundo. Lo que otros hacían y cómo no acaban de encajarme del todo. Para lograr encontrar la pieza que me faltaba, tuve que trabajar en mí. En lo que a mí me funcionaba.
Por ello, el autoconocimiento es, la herramienta CLAVE para conseguir el bienestar y cierto equilibrio vital, te dediques a lo que te dediques. En este vídeo aunque hablamos de la situación de los profesores, los consejos que aporto son generales, no van sólo dirigidos al personal de educación. Si no te conoces, ¿cómo puedes saber qué quieres y cómo quieres vivir?
Por último, quiero contarte también que por absurdo que parezca, y por más que lleve 15 años en un aula, dirigiéndome diariamente a un grupo de 20-30 personas, el miedo a exponerme sigue muy presente en mí. Subir este vídeo aquí en Substack, por ejemplo, no ha sido una decisión fácil; esa voz recurrente me llama justo desde donde más pica, duele y molesta, desde lugares que disparan la incomodidad en mí y me hacen dar uno o 100 pasos hacia atrás.
Luego pienso “ojalá alguien me hubiese dado estos consejos cuando los necesité”, y todos los miedos y dudas se van por la ventana. Sinceramente, no sé si los hubiera podido integrar en aquel momento, pero desde luego, me hubiese ahorrado muchas idas y venidas en mi propio proceso personal.
Espero que esto llegue a quien necesite escucharlo.
Desde el corazón,
Laura
📖 Te dejo aquí varios artículos relacionados con la educación que pueden ser de tu interés:
📽️ Te dejo aquí un trocito del vídeo por si te interesa y quieres verlo entero. Espero que te haya gustado conocer un poco más de mi historia. Estaré encantada de leerte en comentarios.
Muy valiente! Contarlo te aportará muchas ideas y consejos de lectores que han pasado por esos momentos antes! Bravo!!
Me ha molado mucho leerte, no tenía ni idea de tu historia, Laura. Y me has dejado flipado con tu charla en donde Ana Esther. Yo también soy docente y lo típico de que cada tanto vas a conferencias, formaciones, charlas y JAMÁS he visto a nadie hablando de bienestar docente. Jamás. No sé si es porque voy a cosas muy específicas de ELE, pero me ha parecido muy top (de hecho estoy viendo el vídeo completo en YouTube, lo he parado sólo para comentar, jajaja)
Un abrazo, y exponte, cojones ❤️